¿Hacemos motivación?

Para ampliar las posibilidades de desarrollo, además del talento como proceso y de la práctica autogestionada, me gustaría incluir, ya va siendo hora, 🙂 la motivación.

Muchas de las posibilidades y del potencial que tenemos se pierden o no siempre se completan y en ello puede haber implicado algún asunto de volición, de voluntad, o de falta de ella. Digo voluntad, aunque también podría decir motivación. Pero veo algunas diferencias.

Si vamos a la raíz, la palabra voluntad viene del latín voluntas, del verbo volo/velle que significa querer, desear, y del sufijo -tas -tatis, que significa cualidad. Creo que etimológicamente podemos decir que voluntad implica algún tipo de cualidad del querer y del desear, cualidad que puede ser tan variada y rica como la de cada individuo que desea y quiere.

Motivación, ofrece un significado diferente, viene de motivus, movimiento y del sufijo –cion, que implica acción y afecto. Una razón para elegir la voluntad antes que la motivación es que si se trata de construir o hacer algo, (donde, como veremos, aún no hay), yo propondría empezar con la voluntad, es decir añadir alguna cualidad, actitud,  disposición, “coloque” que me gustaría que hubiera. Así que para hablar de motivación, empezaría con la voluntad primero.

Afortunadamente otros han hablado mucho de voluntad y muy bien algunos. La reflexión sobre la voluntad ha proporcionado ideas e ideales en la filosofía desde Platón a Nietzsche, presentándose como valor esencial y potencia del ser humano para ir más allá[1]. La motivación, sin embargo ha disfrutado de mayor expansión y popularidad, a costa quizá de una menor profundidad en cuanto a su naturaleza, que se puede observar en la formulación de unas cuantas teorías motivacionales, descriptivas y fundamentalmente orientadas al contenido. Sé que esto es algo difícilmente sostenible en una tesis.., pero es posible sostenerlo de una forma práctica ycompartirlo en el blog :-).

En la historia de la psicología y del aprendizaje, mucho se ha formulado sobre la motivación. El factor motivacional, ha tenido y sigue teniendo interés para el aprendizaje. Sin embargo, las teorías de la motivación poco dicen a cerca de cómo gestionarla y menos cómo “hacerla”. Hay diferentes modelos que describen los tipos de motivaciones de las personas, pero aún nos falta conocer en detalle cómo ocurre en cada uno de nosotros. Y ello a veces se sustituye con la idea de “encontrar” verdaderas motivaciones, ya sea desde el punto de vista personal, vital, colectivo, organizativo… Y este “contenido”, sigue constituyendo para muchos el “núcleo” de la cuestión. Con el riesgo asociado de crear la expectativa de que algo más fuerte, más vocacional, más atractivo, más más… llegará, y el mayor riesgo de esperar a que algo ocurra, de que algo tirará de mi, me encontrará, como encontrar la vocación, tener o no tener talento, entusiasmo o pasión, y algunos mitos asociados como veíamos en anteriores post. Pero la motivación no es solo ni en lo fundamental una cuestión de contenido como veremos, aunque mucho contenido pueda estar implicado.

Diferentes autores han elaborado “mapas” de ruta para explorar el mundo de los impulsos y las motivaciones personales y laborales. La historia de la Administración y el Management utiliza diferentes modelos y teorías para explicar las motivaciones humanas. Desde la popularmente conocida teoría de Maslow (1954) sobre la pirámide de motivaciones y necesidades; la Teoría de factores higiénicos y motivacionales de Herzberg (1966) y su influencia en las políticas de retención en el trabajo; la de McClelland (1962) con un modelo que sigue siendo referencia para el desarrollo de competencias en el ámbito laboral… Y otros enfoques más o menos populares que diferencian entre motivaciones extrínsecas, intrínsecas, trascendentes…, más contenido y poco proceso.

En el libro de G. Colvin, citado en el anterior post, se dedica un capítulo entero ¿De dónde surge la pasión? para conseguir un rendimiento extraordinario. Lo cierto es que cuando lo leí no dejó de sorprenderme que seguimos girando en torno a la clasificación de motivación intrínseca y extrínseca y su posible aplicación. Y podemos seguir identificando y clasificando, sobre los muchos ejemplos de cómo algunas personas experimentan cambios que les llevaron a ponerse “manos a la obra” y a perseverar en la práctica. La cuestión no es que no sepamos que hay situaciones en las que actuamos con verdadero interés y conseguimos un rendimiento extraordinario, la cuestión es cómo lo hace cada uno, cómo ocurre y cómo puedo replicarlo (aplicarlo a otra situación) o mejorar ese proceso.

Pero sigamos con la tendencia actual. Otro de los autores mencionados. D. Coyle, llama Ignición a la energía, pasión y compromiso, en definitiva, dice, es  “El combustible de la motivación” y considera a este impulso una de las claves del talento, junto con la práctica deliberada y el entrenamiento. D. Coley hace un seguimiento de personas o grupos de alto rendimiento preguntándose cómo activar este proceso: ¿Qué hace encender la motivación de la gente? ¿Qué clase de señales funcionan mejor?. Su aproximación sugiere  diferentes tipos de “disparadores” de ese impulso: el contexto, el afán de superación, la necesidad de seguridad, la identificación con un grupo, el sentido de pertenencia… más contenido, y más ejemplos de posibles mecanismos que pueden dirigir nuestras acciones y elecciones.

Desde luego una de las cuestiones que nos interesa es ¿Qué es lo que me activa a mí? Pero otra más interesante es: ¿Cómo he llegado a desarrollar una motivación por algo?. Y quizá una previa y más sutil sería notar cuando esa activación no estaba aún, cuando simplemente no existía, y seguirle la pista a cómo ocurrió. De esto no habla la teoría, al menos que yo conozca.

Como en otras ocasiones, los familiarizados con la DBM ®, habrán iniciado, abundado o “allendeado” en este tipo de investigación. Para los que no, propondría lo siguiente.

La motivación (incluso en los casos de tan alto rendimiento descritos) no siempre existió, ni existió de la misma forma. Piénsese que en todos los casos se inicia en algún momento y antes de que ocurriera, simplemente, no estaba. No quiero decir con ello que algo o alguien lo causó, esto sería una muy pobre descripción del modelo. Pero sí podemos decir que se crearon algunas condiciones para que parte de ello emergiera.

Así que si “aún no”, tengo la motivación, pensar en cómo poder iniciarla y comprobar como lo hice otras veces, en otros casos y ejemplos, podría ser un buen comienzo. Porque sea donde sea que se esté, nunca se partirá de cero. Si investiga en su propia historia descubrirá que tiene muchos y muy variados ejemplos donde existe algún tipo de motivación, algo que le mueve a algo, con ese sentido de que casi, casi, la cosa tira de uno. Cómo se gestó, cuáles fueron los hitos que le llevaron a desarrollar más interés, más satisfacción, más significado o mayor sentido de logro, pueden ser preguntas útiles para su propia investigación.

Notar cuando empezó la cosa y cuando la cosa no estaba, puede darle pruebas suficientes para creer en el principio de que “nada puede provenir de la nada”[2] a pesar de que algunos manuales de autoayuda lo obvien o lo idealicen.

Otra cuestión que me parece importante es saber no sólo cómo empezar, sino cómo mantenemos ciertas cosas, porque está claro que la motivación inicial (un nuevo deporte, un proyecto, un trabajo, una relación) no será la misma al principio, que al cabo de un tiempo. O sea que no solo “hacemos” y podemos volver a hacer la motivación sino que la mantenemos y en ello están implicadas muchas cosas del pensar, del sentir y del hacer de forma diferente a lo largo del tiempo.

El mantenimiento es un tipo de cambio que me interesa mucho. Muchas de las cosas que hacemos pueden ser enriquecidas si sabemos que es lo que las hace más interesantes, estimulantes, útiles o bellas.

“Hacer” la motivación y mantenernos en buena forma facilita la progresiva actualización de habilidades y recursos hacia niveles de efectividad más altos. Esta actitud, a diferencia de lo que puede a priori parecer, depende de nosotros mismos, es posible cultivarla, podemos crear las condiciones adecuadas para nuestro propio estímulo y disfrute. De hecho la habilidad la tenemos y la aplicamos a un montón de cosas, la cuestión es aplicarla en otras posibles, por voluntad propia.

Y por libre voluntad podemos actualizar y mejorar las cualidades actuales y potenciales, nuestro talento, si se quiere, y gestionar nuestra propia motivación y compromiso con el aprendizaje y el desarrollo a lo largo de toda la vida, por ejemplo. 

Pilar Mamolar


[1] …  “El querer devenir más fuerte a partir de cualquier punto de fuerza, es la única realidad: no conservación de sí mismo, sino voluntad de apropiarse, de adueñarse, de ser más, de hacerse más fuerte” Nietzsche, (2000), La Voluntad de poder, Madrid: Editorial Edaf.

[2] “Nada puede provenir de la nada” es uno de los principios o características de la comunicación que Bateson describe en “Espíritu y Naturaleza” y que hace referencia a que no puede crearse un nuevo origen o pauta sin información en los ámbitos de la comunicación, la organización, el pensamiento, el aprendizaje y la evolución.

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9 pensamientos en “¿Hacemos motivación?

  1. Hola Pilar. Por fin me animdo a escribir algún comentario en tu blog. Esta entrada me ha enganchado con el título ¿Hacemos motivación?, realmente muy bueno. Lo relacionas con la voluntad, y es ahí donde radica la clave, ya que la mayoría de la gente no sabe que la motivación y la actitud dependen de su voluntad y elección. Cuantas veces he oído «es que la empresa no me motiva», y pienso, «como no te motives tú, estás listo». Como tu sabes, la empresa o los jefes pondrán las condiciones que puedan para que «emerja» la motivación, pero al final, ésta nace de cada uno y sería fabuloso que nos diéramos cuenta, primero, de que depende básicamente de nosotros, y segundo, de como la «hacemos».

    Un abrazo y gracias por tus reflexiones

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    • Es verdad que lo seguimos pensando. Hay otros procesos que son igualmente activos, como el aprendizaje, o la memoria, y que también tenemos que “hacer” pero está esa idea de que tiene que venir de fuera, o que está en algún sitio almacenada, caso de la memoria, cuando son procesos activos que de hecho hacemos: hacemos motivación, aprendizaje o memoria. DBM los estudia como procesos que hacemos y que podemos mejorar.
      Espero que sigas compartiendo con nosotros Jorge.
      Gracias y un saludo.
      Pilar

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  2. Hola Pilar

    I enjoyed reading your Blog. I have continually modelled how we humans do things and motivation has been involved in much of it. About twenty years ago I was concerned that much of the motivation training available concentrated on motivation and confidence building in isolation rather than how it worked as part of a whole sequence of processes required to meet our needs. One of my first concerns that relates directly to your “Talent Management” was the importance of relating motivation, confidence and competence. Often people who lack confidence because they do not yet have the ability to successfully complete something think that more confidence or more motivation would help them succeed. Sadly this would be a waste of time and effort and could be very dangerous. Ideally confidence and motivation should be built on competence and not injected as an artificial stimulant. It could be argued that in examples where someone has a higher ability than their confidence and motivation then artificially building a feeling of confidence and motivation would free the ability they are not using. I was initially sympathetic to this argument but quickly realised that most people who are “lacking” confidence or motivation do so for a good reason (at least for themselves) for example stopping themselves doing too much, uncertain about the value in the activity, and therefore are actively not motivating themselves rather than having the absence of motivation.

    There are many, many interesting things in this area. One other one relates to “Will Power” that you mention. When we model “attainment” (which is what motivation is directed towards) there are four different ways it occurs:
    1. With little effort. This is where habits operate or the attainments are easily within our ability.
    2. With necessary motivation. This is where the first type won’t work and more activation is required.
    3. With “Will Power”. This is where the second type is not enough; we have to be much more active in directing our efforts.
    4. The fourth is where an opportunity to do something to meet our needs is present but goes unnoticed.
    Some of your readers who have studied DBM® may realise that these correspond to the self management levels. A fifth type is where there is lack of opportunity (we want to but lack the chance to).

    At this time with DBM® we can identify a sequence that involve motivation and ability (managing your own talent) and much more. All of them can benefit from better management and can be enhanced through training.
    1. Starting from our biological and social needs (Mazlows types plus the different everyday things we call need needs eg I need to call my friend, I need to get back to work now, I need to change my car this year)
    2. We feel the need to or like to or want to (Irritation)
    3. We identify relevant content (Identification)
    4. We feel motivated on relation to this content (Motivation)
    5. We have the necessary habit, ability, talent (Preperation)
    6. Our abilities are activated (Activation)
    7. Our self evaluation monitors (Self efficacy (Bandura) results in confidence levels) (Evaluation)
    8. Our self management supplements where required to maintain the activity (“Will Power”) (Continuation)
    9. Attainment (Effect, Affect, Impact)
    10. Learning from the experience sets us up for the next time

    I meant to make a little comment and then the opportunity to say more led to enjoying continuing to this sharing of more. Thank you for the opportunity arising from your continued explorations.

    John

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    • Gracias por este regalo¡, por compartir y añadir siempre más a nuestra exploración. En los próximos días incluiré un nuevo post con una traducción del comentario. Sé que muchos de los lectores lo van a traducir mucho mejor, pero quizá pueda facilitar a otros el conocer en más detalle algunas de las posibles aplicaciones de la DBM ® sobre motivación.
      Personalmente me ofrece nuevas posibilidades para mi propia exploración y para la formación. La motivación está implicada en los programas de desarrollo de habilidades directivas, con enfoques a mi entender poco útiles que honestamente, yo misma he seguido. Me ha interesado especialmente la relación entre competencia, confianza y motivación y como incluyes en el modelo de autogestión lo que yo identificaba como voluntad (aunque me había referido a ella como cualidad, razón, valor…, no lo tenía así de bien organizado 🙂 ). Las distinciones y aplicaciones que identificas, algunas para mí más exploradas, otras menos, otras mucho mucho menos, son también un punto de partida para continuar investigando.
      Gracias John.
      Pilar

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    • He decidido incluir mi traducción aquí, para no alejarla del original en inglés.
      __________________________________________

      «Continuamente he modelado la forma en que los seres humanos hacen las cosas y la motivación participa en buena parte de ello. Hace unos veinte años me preocupaba que mucha de la formación sobre motivación se centrara en el fomento de la confianza de manera aislada, en lugar de cómo funcionaba la motivación como parte de toda una secuencia de procesos necesarios para satisfacer nuestras necesidades.

      Una de mis primeras preocupaciones con relación a la «Gestión del Talento», fue la importancia de relacionar motivación, confianza y competencia. A menudo las personas que carecen de confianza porque no han desarrollado aún la habilidad, piensan que una mayor confianza o más motivación les ayudaría a tener más éxito. Lamentablemente esto sería una pérdida de tiempo y esfuerzo pudiendo ser muy peligroso. Lo ideal sería que la confianza y la motivación se construyeran sobre la competencia y no se administraran como un estimulante artificial.

      Se podría argumentar que en los ejemplos donde alguien tiene una habilidad superior a su confianza y motivación se podría construir artificialmente un sentimiento de confianza y motivación, e inicialmente simpatizaba con este argumento; pero rápidamente me di cuenta de que la mayoría de las personas que tienen «falta» de confianza o motivación lo hacen por una buena razón (al menos para ellos mismos). Por ejemplo, dejar de hacer demasiado o tener dudas sobre el valor de la actividad, pero ello indicaría más bien que no se está activando la motivación, más que indicar una “ausencia” de motivación.

      Hay muchas, muchas cosas interesantes en esta cuestión. Una de ellas se refiere a la voluntad de poder que mencionas. Cuando modelamos «logro» (que es hacia lo que la motivación se dirige) hay cuatro diferentes maneras en que esto ocurre:

      1. Con poco esfuerzo. Aquí es donde nuestros hábitos operan o los logros son fáciles en función a nuestra capacidad.
      2. Con la motivación necesaria. Aquí es donde el primer tipo no va a funcionar y se requerirá una mayor activación.
      3. Con voluntad. Aquí es donde el segundo tipo no es suficiente y tenemos que ser mucho más activos en la dirección de nuestros esfuerzos.
      4. El cuarto es donde la oportunidad de hacer algo para satisfacer nuestras necesidades está presente, pero pasa desapercibida.

      Algunos de los lectores que han estudiado la DBM ® podrán darse cuenta de que los niveles corresponden al modelo de autogestión. Un quinto tipo sería donde hay falta de oportunidades (queremos, pero no tenemos la oportunidad).

      En este momento con DBM ® podemos identificar una secuencia que involucra la motivación y la habilidad (la gestión de nuestro propio talento) y mucho más. Todas estas aplicaciones pueden beneficiarse de una mejor gestión y se pueden mejorar mediante la formación.

      1. A partir de nuestras necesidades biológicas y sociales (los tipos de necesidades de Maslow, más las cosas de cada día y necesidades sobre las necesidades tales como, tengo que llamar a mi amigo, tengo que volver a trabajar, tengo que cambiar mi coche este año).
      2. Cuando sentimos la necesidad de, o nos gusta algo, o queremos algo (Irritación).
      3. Cuando identificamos contenido relevante (Identificación).
      4. Cuando nos sentimos motivados en relación con este contenido (Motivación).
      5. Cuando es necesario el hábito, la habilidad, el talento (Preparación).
      6. Cuando nuestras habilidades se activan (Activación).
      7. Cuando monitorizamos nuestra propia evaluación (concepto de Autoeficacia en Bandura) dando como resultado un nivel de confianza (Evaluación).
      8. Cuando necesitamos autogestionarnos para mantener la actividad «Voluntad» (Continuación)
      9. Cuando nos orientamos al logro (Efecto, Afecto, impacto)
      10. Cuando aprendemos de la experiencia que nos prepara para la siguiente vez.»
      _______________________________________________________
      (Por John McWhirter. Traducción del comentario)

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  3. ¡Qué interesante post, Pilar!

    La motivación es algo que muchas personas esperan que les llegue como una especie de revelación divina. Otras piensan que no la necesitan y simplemente funcionan por el mundo permanentemente desmotivados, como arrastrados por las circunstancias, sin cuestionarse si ellas pueden gestionar otras circunstancias + motivadoras para su existir. Y otras muchas, «hacemos» motivación (me ha encantado esa expresión tuya), pero no siempre con la posibilidad de replicarla porque aún no hemos modelado cómo funciona, cómo nos funciona, de manera que en ocasiones nos funciona y otras no tanto. Mucho trabajo por delante, lo que puede resultar motivador para algunos y desilusionante para otros.

    Te deseo motivación para que encuentres en estos días aquello que te hace + feliz y lo persigas con ahínco.

    Un abrazo,
    Carmen

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    • Gracias Carmen, es verdad¡ esto de explorar y modelar tiene mucho trabajo por delante, sobre todo después de leer vuestros comentarios 🙂
      También mis mejores deseos para ti, para “hacer” felicidad, para perseguirla y para notarla, mucho, mucho.
      Pilar

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  4. Leí, no sé dónde, que la motivación es «la energía que ponemos en algo con el objetivo de recibir algo a cambio».
    La energía es como el agua, imprescindible para vivir y, como el agua, puede venir de diferentes partes. A veces el agua viene de la lluvia, desde arriba, desde el cielo se nos regala sin pedirnos nada a cambio. Agua pura y limpia. Dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno, además ionizadas durante su caída a la tierra.
    Pero no siempre llueve y, como los ratones, «hemos de buscar nuestro queso». Podemos encontrar un manantial de agua / energía pura leyendo el blog de Pilar, en la sonrisa de un niño, resolviendo un crucigrama o una felicitación del jefe. Otras veces el agua no es tan pura porque no sale de un manantial, sino que fluye por un río o, peor aún, está en una charca. Pero sigue siendo energía, la necesitamos y por eso la bebemos.
    Pero a veces tampoco encontramos ni esos manantiales, ni ríos ni charcos. Y seguimos necesitando agua, necesitando energía. ¿Qué hacer?
    No nos queda más remedio que escarbar en nosotros mismos, entre nuestras arenas, en busca del venero que nos dé fuerzas y ánimo para continuar. Claro que no es sencillo, pero está ahí, a nuestra disposición. Cuando practicando algún deporte hemos llegado a la extenuación, al «no puedo más y me caigo», sin saber muy bien ni cómo ni de dónde se han sacado energías para continuar.
    Las energías las ponemos en «algo» que nos empuja: trabajar, escribir, practicar deporte, leer,…. vivir, en suma.
    Y lo hacemos pensando obtener «algún» beneficio: promociones, €status, saber, reconocimiento, adscripción a nuevos grupos… o que Pilar nos admita en su blog, que es lo que me ha motivado a mi a escribir estas lineas.
    Un besazo, Pilar.

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