Transiciones y desarrollo profesional: ¿qué cambiar en épocas de cambio?

Quería retomar la actividad bloguera con el tema de transiciones profesionales y explorar algunas ideas acerca de qué cambiar, o en términos dbmianos dónde facilitar el cambio.

Una primera cuestión puede consistir en explorar que es lo que nos mueve al cambio. Habrá muchas cuestiones, seguramente relacionadas con el contenido (tipo de trabajo, de actividad, institución, contexto, personas…) y con significado (utilidad, contribución, creatividad, realización …). Muchas cosas pueden estar implicadas en la transición profesional auque más que al contenido, me refiero ahora al tipo de cambio.

En DBM trabajamos distintos tipos de cambio, algunos más remediativos otros mas desarrollativos. Ir hacia aquello que nos gusta 🙂 o hacia aquello que queremos evitar 😦 , son dos posibilidades en los extremos de un continuo que puede dar para mucho más. Si, como dibujaba John McWhirter en un programa de Coaching con Modelado[1] , situáramos estos dos extremos en una campana de gauss, tendríamos en la parte central muchas otras posibilidades de desarrollo, aunque a diferencia del estadístico de la campana, esta parte no represente lo que la mayoría de las veces elegimos como base para el cambio.

Muchos de los cambios en la carrera responden a un deseo y respuesta, normalmente intensa, para ir hacia aquello que nos gusta (acercamiento) o evitar aquello que nos disgusta (alejamiento). Estas respuestas remediativas, según he podido observar en mí misma pueden incluir algunos “errores” de apreciación, y la intensidad en el notar, -bien lo positivo o lo negativo-, podría dejar al margen algunas otras posibilidades más.

Así que, al menos como ejercicio de posibilidad, y ante una situación de posible y futuro cambio y desarrollo profesional ¿Cómo identificar posibilidades más allá de lo remediativo?

Experimentar respuestas de cierta intensidad (de acercamiento o alejamiento) no nos deja mucha holgura para percibir otras posibilidades de organizar el desarrollo. Notar lo que nos mueve al cambio e identificar nuevas posibilidades a la hora de planificar transiciones profesionales -sin necesidad de salir corriendo a ninguna parte-, puede ser una posibilidad.

En situaciones de cambio, con una motivación fuerte hacia lo remediativo, a veces nos olvidamos de lo que hemos construido hasta el momento (habilidades, experiencia, aprendizajes). Aunque más que una cuestión de olvido, esto implicar maneras de medir y valorar. Valoraciones que hacemos en función de los estándares que construimos. Por ejemplo, si valoro lo que tengo/hago/consigo ahora en función de lo no tengo y me gustaría tener/hacer/conseguir en el futuro, es probable que esté transitando desde una situación de falta de recursos y desprovista de aquello que he ido construyendo a lo largo del tiempo. Darse cuenta de los estándares e ideales que están operando es también una manera de añadir posibilidades, pues es posible que los estándares de los que disponemos estén en exceso idealizados, fuera o al margen de nosotros.

Otra de las cosas que también noto en situaciones de cambio es la de querer “romper” con la situación actual, desconectarse o desligarse de lo que uno hace para, de nuevo, ir corriendo hacia delante. “Romper” no es siempre la única o mejor opción ni la que necesariamente crea nuevas posibilidades. Por otra parte, hay muchas maneras de establecer lazos con una situación/institución, algunos más útiles que otros. Cualquier transición precisará de pequeños pasos (transiciones, tránsitos, transformaciones) para completarse con éxito, y eso puede prepararse de diferentes maneras. Prepararse para el cambio puede suponer pequeñas variaciones, tomando como base todas las posibilidades de que disponemos (parte central de la campana), sin necesidad de salir corriendo a ninguna parte.

Esto no es una llamada a quedarse quieto en tiempos de crisis, es más bien organizar el desarrollo con TODO lo que hay disponible, para moverse elegantemente hacia donde uno desea. Obviamente esto es un ideal al que solo cada uno de nosotros podría dar sentido.

Otra de las cuestiones que observo, y que también puede inducir a error (auque aún tengo mucho que comprobar), es centrarse demasiado en el contenido de la actividad. Muchas de las experiencias que hemos acumulado con relación a una actividad profesional, nos han “colocado” de tal manera que se hace difícil experimentar algo de disfrute, aprendizaje, desarrollo, creatividad, realización… Desafortunadamente la vida en las organizaciones no resulta fácil para fomentar algo más de esto. Y puede también motivar el salir corriendo para hacer casi lo contrario a una actividad cultivada durante años. No puedo dejar de pensar en lo sobrevaloradas que están algunas elecciones o profesiones (¿a la cabeza la de coach?) como punto de mira de algunas transiciones profesionales en busca de sentido. Ojala todas las profesiones se pudieran beneficiar de más sentido y sensibilidad para crear, innovar, dar servicio, apoyar, facilitar o contribuir en cualquier ámbito social, económico o educativo.

En mi opinión, y soy consciente del sesgo que esto pueda tener, el contenido de la actividad, como las relaciones románticas, las vacaciones de verano, o la dirección por objetivos, está sobrevalorado. Desde luego, habrá casos en los que el cambio de actividad, sea el asunto del cambio. En mi opinión yo empezaría creando sentido de posibilidad donde “aparentemente” no lo hay. Porque en muchos casos, los cambios pueden ser más sutiles: nuevas maneras de dar significado a la actividad, nuevos “coloques” para modelar la experiencia, otras formas de extender el sentido de contribución, de ayuda o servicio, cambios en las condiciones/situaciones/contextos para ejercer la profesión … y no de un “simple” y a veces complicado cambio de contenido.

Pilar Mamolar


[1] Coaching efectivo con Modelado. John McWhirter. Julio de 2009.

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Unos días después… pensando sobre el sesgo del párrafo anterior: no se puede separar el contenido del tipo de cambio, es decir que cualquier cambio estará relacionado con algún tipo de contenido aunque lo que motive el cambio pueda incluir muchas posibilidades. Y al separar el contenido de lo demás estaba viendo, modelando, un trocito de realidad pero no la cosa en su conjunto. Ahora me parece obvio 😦  Así pues, borro (figuradamente) el párrafo anterior, el que dice en mi opinión… (era una opinión pobremente formada) y voy pensando en la segunda parte de la entrada donde me gustaría añadir algo más sobre talento y aprendizaje.

… Seguiremos disfrutando de las “sobrevaloradas” vacaciones de verano,

Pilar Mamolar

 

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3 pensamientos en “Transiciones y desarrollo profesional: ¿qué cambiar en épocas de cambio?

  1. Hola Pilar,
    mi experiencia actual en cuanto a tránsitos de índole profesional tiene que ver tanto con el contenido como con el significado. En relación al contenido, he iniciado y concluído un proyecto en el ámbito de lo tecnológico, y curiosamente a emergido una cualidad de «ejercicio profesional» respecto a una cualidad anterior de «empleo de recursos». Esto es un cambio en la dimensión y en el contexto que me ha permitido nuevas conexiones y un nuevo significado, ahora lo ejerzo profesionalmente.
    De otro lado, otro tránsito iniciado desde el deseo de cambio de significación profesional, tiene que ver con el ámbito del desarrollo de las personas. De sentirlo como una actividad o ejercicio pretérito, a vivirlo como el significado coherente e integrado de mi sentir-pensar-hacer actuales.

    Gracias a estos dos pequeños y concretos pasitos siento un cambio cualitativo que al abrir nuevas posibilidades me permite el cambio generativo. Lo remediativo/generativo podría profundizarse en un debate acerca de la actitud con la que se asoma/aleja la persona respecto a su cambio y cómo ésta limita/posibilita la transición en sí.

    O algo así, …. pero me gusta dónde y cómo estoy (quiero más).

    Seguiré tu próximo post con atención. Muchas gracias por tus reflexiones.

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  2. Gracias por estos ejemplos de cambio de contenido y de significado. Me parecen muy buenos ejemplos de cómo un mismo contenido puede ser experimentado de forma diferente, en función del contexto. A mi me resulta bien interesante este tipo de cambios desarrollativos que a veces son más sutiles y a veces también son menos buscados (o facilitados). Creo que también está implicado el uso de habilidades y destrezas que hemos desarrollado y que podemos utilizar y aplicar en nuevos y muy diferentes contextos, lo que puede añadir también algún tipo de cambio en la dirección (significados). Como dices estos cambios pueden hacer mucha diferencia.

    Relacionado con esto, el otro día hablaba con mi otra Pilar de lo importante que era el tipo de contexto donde practicar lo que nos gusta (nuestras habilidades y talentos). Creo que en ocasiones un contexto “inapropiado” (para uno) puede incluso hacernos olvidar aquello que nos gusta y pensar en pasar página o “salir corriendo” antes de tiempo.

    Cuando yo estudiaba Pedagogía y durante los primeros años de carrera (creo que hasta 4º) tuve una sensación de ser una especie de “fraude” con respecto a la pedagogía. La cuestión era la siguiente: a la pregunta que directa o indirectamente se planteaba, en un proyecto, prácticas, grupo… acerca de los niños y la enseñanza, yo sentía una gran ambivalencia. Me gustaba la filosofía de la educación, la psicología, la sociología, incluso la biología… pero no me gustaban … (¿los niños?) ¿cómo podía ser eso¡¡¡? Dios mío¡¡¡ es lo peor que le puede ocurrir a alguien que estudia pedagogía… Que no se me malinterprete, adoro a los niños y creo que me hubiera enamorado de los míos, pero yo intuía, y la vez me alarmaba saber que no estaba muy interesada en este “contenido” específico. Me gustaban cosas que incluían modelos acerca del desarrollo, del aprendizaje, de la enseñanza… pero aún recuerdo ese sentimiento ambivalente, de sentir estar en el sitio equivocado… En fin, después descubrí otros contextos en los que poder aplicar cosas que me gustaban … Y, bueno, el doctorado, ese con el que estoy lidiando ahora, se desarrolla en el campo de la educación de adultos. Lo cual no quiere decir que haya completado esa transición 😦 , pero ahí ando :-).

    Gracias por compartir Zigor, un abrazo.
    Pilar

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