Narrativa y subjetividad de las nuevas carreras

Hay dos hechos que han influido notablemente en mi carrera. El primero ocurrió cuando terminé tercero de BUP. La jefa de estudios de un colegio privado en el que había empezado a cursar estudios en primero de bachillerato, me dijo que me olvidara de estudiar. Como durante esos años no había encontrado demasiado interés en los estudios, excepto en las asignaturas que me hacían soñar y pensar -literatura, filosofía y religión-, encontré en aquella afirmación algo lógico. No solo no le di importancia, sino que fue lo único que me conectó con aquella persona a la que supongo habrían fastidiado mi falta de respeto a normas como el tabaco y el uniforme escolar, una falda escocesa que no podía llevar, al menos no todos los días.

El otro hecho se produjo al término de COU, cuando supuestamente debía empezar la carrera. Dije en casa que no quería estudiar. Que me prepararía para un trabajo, aprendería mecanografía (entonces se estudiaba), o idiomas, o lo que fuera, y que prefería trabajar y olvidarme de tener que aprobar. Entonces me costaba aprobar, motivada únicamente por cierto sentido de coherencia con unos estudios pagados con el esfuerzo familiar.

Como parece que la decisión era firme y mi padre sabía que ante decisiones firmes no era fácilmente influenciable, no me contradijo. Mi Jefe es un ejemplo claro de lo que hemos aprendido en psicología del aprendizaje: que se puede tener una habilidad y no utilizarla, o utilizarla solo en determinados contextos. Pero lo que él no solía hacer, pues no se caracteriza por su talante negociador, lo podía poner en práctica en ocasiones, supongo porque sabía que su talante y mi cabezonería eran una mala combinación para mi futuro. Así que me dijo que le parecía bien mi decisión, y me pidió que hiciera algo por él. Me dijo: solo te pido que pruebes. Prueba un año. Un año en la vida, en este momento no es mucho. Prueba a conocer la vida en una universidad, tener otras experiencias, aprender otras cosas. Prueba en aquello que más te apetezca y después de un año, sigue adelante con tu decisión.

Así que probé y aunque no pensé que terminaría la licenciatura lo hice, y ahora, después de muchas idas y venidas tengo pendiente leer la tesis doctoral.

Siempre y desde entonces, cuando se trata de hacer cosas que yo considero difíciles, un doctorado, una publicación, un nuevo proyecto…,sigue presente, en cierta manera un sentido de no creérmelo, o de no disponer de los recursos necesarios para abordar la tarea. Y de alguna manera suelo evocar estos hechos.

Los hechos ocurridos en nuestra biografía no podemos ni debemos cambiarlos. Esto es lo que diferencia las intervenciones serias, en términos de cambio, de las peligrosas, esas que pueden formar parte de lo que he llamado aquí el negocio de la ayuda. Pero lo que estamos en disposición de cambiar a lo largo del tiempo son las interpretaciones que hacemos de lo ocurrido. Ahora interpreto de distinta manera esos hechos, y es probable que lo siga haciendo en un futuro.

Aún y cuando me siento con falta de recursos ante una tarea, -y puedo asegurar que esto me ocurre con cierta frecuencia-, sigo pensando en términos de prueba y empiezo a hacer. Sé de la enorme brecha que podemos abrir antes de emprender una tarea necesaria, de abordar un nuevo proyecto o de abandonar un hábito nocivo para nuestra salud. Ahora sé más acerca de cómo aprender a gestionarlo, y algo también de cómo entrenarlo. Puede que en algunas ocasiones haya abandonado para coger fuerzas o necesite pedir ayuda, pero en general suelo gestionar esa brecha o dificultad. Ahora, trabajando en mi tesis, aún lo hago.

La tesis tiene como tema principal la construcción subjetiva y social de las nuevas carreras y ayer estuve revisando algunas de las claves de esa subjetividad. Como es un concepto difícil de explicar, me gusta identificar ejemplos que puedan explorarse en un curso o situación de aprendizaje grupal.

Las carreras no solo pueden medirse en términos objetivos, de posición, progresión, empleos, puestos, talentos… Son las experiencias subjetivas y los significados construidos sobre la base de nuestras experiencias, las que dan forma a nuestra trayectoria profesional y vital. Y esa subjetividad puede abrir o cerrar líneas de acción y de posibilidad actuales y futuras.

Además de lo subjetivo, cuestión por así decirlo más sutil y narrativa, me gustaría explicar cómo las carreras se construyen también socialmente, en una estructura social de oportunidades y riesgos… Y a quien pedir responsabilidades de todo eso. Lo comento para que nadie piense que solo con voluntad y subjetividad uno puede diseñar la propia vida y carrera.

Quizá a la vuelta de las vacaciones, después de haber disfrutado de todos los hechos, detalles y significados asociados a esta época estival.

Un saludo y buenas vacaciones.
Pilar

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